Estimados lectores: dado el estado de alarma sanitaria actual de nuestro país, nos permitimos saltarnos el orden alfabético con el que íbamos a presentarles a los héroes que protagonizan esta sección del blog, para considerar como héroe del mes de marzo al Médico militar Rogelio Vigil de Quiñones y Alfaro. Lo hacemos en homenaje a su recuerdo y también como modesto tributo a todos los miembros de la Sanidad Militar española, del pasado y del presente, cuando, como no podía ser de otra forma, se unen a los de la Sanidad Civil para luchar contra la epidemia.
(En el mes de abril retomaremos el orden alfabético).
VIGIL DE QUIÑONES y ALFARO, ROGELIO
Por la Dra. M. Teresa Henares Guerra
Vigil de Quiñones en 1900 (Biblioteca Virtual de Defensa) |
Nació en Marbella (Málaga), el 1 de enero de
1862 y falleció en Cádiz, el 7 de febrero de 1934.
Sus
inclinaciones humanitarias y su vocación médica le llevaron a estudiar en la
Facultad de Medicina de Granada. Desde 1886, ejerció durante once años como
médico rural en el Valle de Lecrín, en la Alpujarra granadina, en los
municipios de Talará y El Chite.
En 1897 se alistó como voluntario en el Cuerpo
de Sanidad Militar, siendo asignado al Ejército de Filipinas. A principios de
1898 llegó a Manila, como Teniente Médico del Batallón Expedicionario de
Cazadores nº 2, y fue destinado al Hospital Militar de Malate, marchando el 5
de febrero de ese mismo año a la localidad de Baler, para hacerse cargo de la
dirección de la nueva enfermería que habría de establecerse en aquel pueblo de
la costa noreste de la isla de Luzón.
Entre
el 30 de junio de 1898 y el 2 de junio de 1899, Vigil de Quiñones formó parte
del grupo de militares españoles que defendió denodadamente la última posición
del Imperio Español en las islas Filipinas. Atrincherados en el edificio de la
iglesia de Baler, 54 españoles resistieron heroicamente todos los ataques de
fuerzas muy superiores en número, sin rendirse, hasta que se les pudo demostrar
fehacientemente que nuestro país había firmado un armisticio y la guerra había
terminado. Sólo sobrevivieron 33 hombres, en parte, gracias a los buenos
oficios como médico de Vigil de Quiñones, que, a pesar de la escasez de
suministros médicos y víveres, consiguió mantener con vida a muchos heridos y
enfermos. Aunque empuñó las armas como uno más, el médico mantuvo su guerra
particular contra los estragos de una enfermedad que, en su reducto, les
amenazaba tanto o más que las balas del enemigo, el beri-beri. Superando las extremas privaciones y el peligro, consiguió encontrar un tratamiento
contra ella. Es, por lo tanto, doblemente merecedor de recuerdo y homenaje: en
lo militar, por haber resistido el Sitio de Baler; y en lo científico, por
hallar la cura contra una enfermedad altamente incapacitante, demostrando con
los hechos que no se trataba de un mal infecto-contagioso, sino una deficiencia
grave en la dieta.
A
su regreso a España, en 1899, fue condecorado con dos cruces de María Cristina
de 1ª clase por sus servicios en Filipinas y destinado al Regimiento de
Infantería “Soria” nº 9, en Sevilla. En
1901 ganó las oposiciones para el ingreso definitivo en el Cuerpo de Sanidad
Militar, siendo destinado con el empleo de Médico Segundo al Hospital Militar
de Sevilla. En el período que media entre ese año y 1909, pasó por varios
destinos y cuerpos: con Ingenieros, en Santa Cruz de Tenerife; con el
Regimiento de Infantería nº 29, en Pamplona; con el Regimiento de Cazadores
“Barcelona” nº 3, en Vich, primero y, posteriormente, en Barcelona. En 1903
recibió la Medalla de Alfonso XIII y fue ascendido a Médico Primero.
En
1909, durante la Guerra de África, sus meritorias actuaciones en varias
batallas y acciones de importancia fueron reconocidas con dos cruces al Mérito
Militar de 1ª clase, una de ellas con distintivo rojo.
En
1911 fue destinado al Depósito de Sementales y Jefatura de Sanidad Militar, en
el Hospital Cívico-Militar de Jerez de la Frontera y, posteriormente, fue destinado
como Médico al Regimiento de Cazadores de Caballería “Alfonso XII” nº 21, en
Sevilla, con el que, en 1913, volvió de nuevo a África, con destino en Larache, participando en la Guerra del
Rif.
En 1914 pasó a formar parte de la
Plana Mayor del citado Regimiento y retornó a Sevilla, donde permaneció hasta que, en
1918, ascendió a Comandante Médico, siendo destinado como director al Hospital
Militar “Alfonso XIII” de Melilla en 1919. Durante la nueva guerra en el Rif,
se hizo cargo del Hospital Militar Docker y, en 1920, se puso al frente del
hospital de campaña organizado para atender a los heridos de Dar Drius,
encargándose después de su evacuación.
Permaneció
al frente del Hospital Militar de Melilla hasta 1923, fecha en que pasó a la
reserva, retirándose a vivir a San Fernando (Cádiz). Su retiro definitivo fue
en 1926. Residió en Cádiz hasta su fallecimiento en 1934. Está enterrado en el
Panteón dedicado a los héroes de Cuba y Filipinas en el Cementerio de La
Almudena, en Madrid, a donde fueron trasladados sus restos mortales para que reposaran junto a los de sus antiguos compañeros del Sitio de Baler.
Monumento en Marbella (Foto: prensa) |
TIPO DE MONUMENTO: Busto de bronce sobre pedestal de
obra, obra de Juan Gil Arévalo.
Se encuentra en el Parque
“Vigil de Quiñones” (Avda. Cánovas del Castillo), Marbella, Málaga. El parque con su nombre se inauguró
en 1995 y el monumento se instaló en 1999, al donar los descendientes del
homenajeado a la ciudad una réplica del busto (realizado por J. Gil en 1953).
ANÉCDOTAS Y/O
CURIOSIDADES RELATIVAS AL MONUMENTO:
Existen,
al menos, tres ejemplares del mismo busto de bronce, que, actualmente se
encuentran en Marbella (Málaga), Sevilla y Madrid. Éste último estuvo en un
principio también en Sevilla, pero, como se relata más adelante,
acabó siendo trasladado a las dependencias centrales del Ministerio de Defensa.
Otros
monumentos:
En
1998, con motivo del 1er. Centenario del Sitio de Baler, se colocó una réplica
del busto de bronce de Vigil de Quiñones, obra del escultor Juan Gil Arévalo
(1953), en el Hospital Militar de Sevilla, que llevaba su nombre. Al traspasar el Ministerio de Defensa el hospital a la Junta de Andalucía, el busto se trasladó a la sede del Ministerio, en
Madrid, donde sigue.
Existe
otro ejemplar de dicho busto, propiedad de los descendientes de Vigil de
Quiñones, en los jardines del Consulado Honorario de Filipinas en Andalucía
Occidental, sito en Sevilla, en la Avenida de la Palmera, nº 8.
Placas
conmemorativas:
En
1972, el Ayuntamiento de Cádiz colocó una placa honorífica de mármol, obra de
Abel Martín-Bejarano, en la fachada del nº 13 de la calle Bendición de Dios,
donde Vigil de Quiñones residió durante los últimos años de su vida. El 16 de
octubre de 2010 fue catalogada dentro del Inventario de Bienes Inmuebles del
Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
En
2001, el 11 de diciembre, el Ayuntamiento de Marbella (Málaga) instaló una
placa conmemorativa de azulejos en la Calle Nueva, en la fachada de la casa
donde nació. En 2010, los azulejos fueron reemplazados por una placa de mármol
con la misma inscripción. Asimismo, en la ciudad de Marbella hay una calle y un
parque (ya mencionado) que llevan su nombre.
Placa de azulejos en su casa natal de Marbella (Foto: prensa) |
En
2015, la Mancomunidad de Municipios del Valle de Lecrín rindió un homenaje a
Vigil de Quiñones, recordando la década larga en la que, ejerciendo como médico
rural, fue el facultativo que atendía a la población de dos de sus municipios,
Talará y El Chite. Se dio su nombre a un nuevo centro de salud en Talará y se
descubrió una placa conmemorativa en la fachada del mismo, rindiéndosele honores militares.
Otros
homenajes relevantes:
En
2014, con motivo de la Exposición “Sanidad Militar española: historia y
aportación a la Ciencia”, se le rindió un homenaje en el parque marbellí que
lleva su nombre, con honores militares y
ofrenda floral ante el monumento.
Homenaje en 2014 en Marbella (Foto: prensa) |
Nota y agradecimientos:
La reseña biográfica sobre Rogelio Vigil de Quiñones se ha redactado a partir de la copia de su Hoja de Servicios que conservan sus familiares, que muy generosamente nos la hicieron llegar a través de D. Ignacio Bidón Vigil de Quiñones, Cónsul Honorario de Filipinas en Sevilla, para que se pudiera obtener información de ella y exhibirla en la sección de homenaje que se hizo al heróico médico militar en la exposición "Baler. 120 años del ocaso español en Filipinas", el pasado año 2019 en el Museo Histórico Militar de Sevilla.
Los datos y fotos sobre los monumentos, placas y homenajes se han obtenido de las hemerotecas de los diarios ABC de Sevilla, Diario de Sevilla,
Diario Sur de Málaga, Málaga Hoy, La Opinión de Málaga, Ideal de Granada y
Marbella 24 Horas.
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